Lo primero, es que lo tenía que hacer en casa, porque mi pequeño taller donde hago el mantenimiento a la moto me queda lejos para dedicar un rato casi todos los días durante un par de semanas. Así que el lijado y preparado lo hice en la cocina, como soy yo el que cocina habitualmente, pues no había que pedir “permiso” para usarla y también hice ahí las fotos como se podrá comprobar. El pintado lo hice en la azotea del edificio para no provocar daños con la pintura espolvoreada al aire.
Materiales:
Imprimación para un buen agarre de la pintura
Masilla carrocero para reparar algunas imperfecciones. El casco es de fibra de vidrio.
Lijas, grano 400, 600 y 1200.
Cinta carrocero. Es este caso no usé la de papel que cuando permanece mucho tiempo puesta se pega de tal manera que luego no sale el pegamento. Usé una de vinilo.
Pintura blanca, roja y negra. Al gusto de la decoración, por su puesto.
Vinilo para hacer el fileteado que tapa la unión de la pintura en los diferentes colores
Adhesivos de la marca del casco.
Adhesivo de personalización
Primer paso.
Tratar de desmontar todo lo posible, en este caso la visera y poco más, porque todo lo demás está pegado e intenté despegarlo y se deformaba la goma del borde del casco, con el consiguiente presagio de que luego no iba a quedar bien pegado de nuevo. Entonces procedo a taparlo todo bien.
Segundo paso.
Lijo el casco para que la imprimación agarre. Antes de imprimar, reparo pequeños desperfectos con la pasta de carrocero.
Dar imprimación. En este caso y por cuestiones relativas al lugar de trabajo, lo doy con rodillo, tomando un espesor ideal para cubrir imperfecciones.
Tercer paso.
Lijado con grano 400 todo el casco. Limpieza y lijado con lija 600. Trato de dejar la superficie lo más lisa posible y perfecta.
Cuarto paso.
Pinto por primera vez. Tomo el color blanco como base y por tanto es el que doy primero.
Quinto paso.
Le paso lija 600 o 1200, según quiera dejarlo liso.
Ahora viene lo más difícil en mi caso. Trazar el diseño con rotulador a mano alzada. Lo copio más o menos de otro casco y lo traslado al diseño jet. No quedó mal.
Sexto paso.
Tapo con cinta lo que todo menos lo que voy a pintar de rojo. Le doy dos manos esperando un buen rato entre una y otra.
Septimo paso.
Tapo ahora todo menos lo que pinto de negro. Le doy dos manos esperando un buen rato entre una y otra.
Octavo paso.
Una vez que quitemos la cinta y el casco ya tiene los colores deseados y bien pintado, sin imperfecciones. Procedemos a la decoración con los adhesivos. Colocamos un fileteado, en este caso rojo, de vinilo y ayudandonos de un secador o algo que caliente, le damos curva en donde hace falta. Con ello embellecemos, por decirlo de alguna manera, la unión de los colores, de manera que queda mejor acabado.
Noveno paso.
Ya no hay vuelta atrás. Toca dar laca. Con ello fijamos los adhesivos, damos brillo al casco y también le damos dureza a la pintura para aguantar roces y el uso. Le doy al menos tres manos. Pintando primero de adelante hacia atrás y luego de un lado hacia el otro. Esperamos un buen rato de secado entre mano y mano. En todo el proceso de las diferentes pinturas, además de esperar un buen rato, si podemos dejar pasar 24 horas, mejor que mejor.
Décimo paso.
Me tomo una cervecita y unas aceitunas, que me las merezco. Y como el lugar de trabajo es la cocina, más cerca lo tengo todavía.
Y así es como he pintado el casco en diez pasos. Con un resultado que almenos para mi resultó, valga la redundancia, sorprendente, porque si bien no quedó como de fábrica, por supuesto, quedó bastante bien. Siempre hay algún detalle que hubiese que mejorar, pero pueden pasar desapercibidos.
